Tormenta de torsión
Las llamadas "tormentas de torsión" son fenómenos gravitacionales sólo presenciados en Edén. Son extremadamente raros, y se tiene constancia de muy pocos en toda la historia de la población humana en el planeta. El fenómeno consiste en una especie de "ciclón" que aumenta exponencialmente la gravedad de la zona por la que pasa, aplastándolo todo a su paso.
Desarrollo de una tormenta de torsión
Hasta la fecha, se desconoce cómo se origina una tormenta de torsión. Algunos científicos creen que podrían estar relacionadas con el extraño campo gravitacional del planeta Edén, debido a que su gravedad es demasiado ligera para su tamaño. Sin embargo, no hay pruebas de esta relación, y absolutamente ninguna pista de cómo se producen. Además, las pistas de que una tormenta se va a producir son inexistentes.
Por lo que se ha podido establecer, aparecen repentinamente, y su radio de acción es variable. También se sabe que su potencia es mayor cuanto más cerca de la superficie del planeta están, aunque se sabe que su gravedad hace que las nubes situadas justo encima del "ojo" del ciclón bajen hasta el nivel del suelo (esto hace extremadamente complicado la observación de estos fenómenos, pues están totalmente ocultos a la vista de un observador alejado). Hay registros de una tormenta tan potente en el año 156 que incluso derribó una nave que la sobrevolaba por encima de la estratosfera.
Consecuencias de una tormenta de torsión
Tras el paso de una tormenta de torsión, cualquier zona que haya atravesado el "ojo" aparece completamente aplastada hasta bastantes metros bajo el nivel del suelo. Esto ha hecho que la posibilidad de un refugio contra estos fenómenos esté prácticamente descartada. En muy pocas ocasiones se han dado estas tormentas en núcleos grandes de población, pero cuando ha sucedido, no ha habido supervivientes. El único registro que hay de un superviviente de una de estas catástrofes es el de Leah Caristeas, habitante de Edén-6 (que quedó totalmente destruida). Algunos investigadores dudan de que la señorita Caristeas estuviera realmente en la ciudad en el momento del suceso.