Garúm
En sus origines, los zanittas adoraban a una entidad bovina a la que le atribuían el origen de las armas. La leyenda narraba que al principio de los tiempos, los hombres eran demasiado débiles y no podían cumplir sus deseos. Por eso, el dios toro sacrificó sus dos cuernos para que Urkan y Vhul pudiesen hacerse sus primeras lanzas. Según el mito, Urkan y Vhul eran dos hermanos que deseaban hacerse con las vastas tierras de Heimheil para formar su comunidad. Pero por desgracia, allí habitaba una monstruosa y vil criatura que ya había acabado con la vida de su padre y la de otros valientes que se habían atrevido a plantarle cara (no se disponen de datos concisos, pero la mayoría de eruditos o sabios sostienen que podía ser algún importante lugarteniente de Thairüm). Sorprendentemente, cuando Urkan y Vhul marcharon con sus sagradas lanzas, lograron dar fin al vil monstruo como si de un milagro se tratase. Pero después de vencer, ambos entendieron que solo hacía falta un líder para guiar al pueblo zanitta, por lo que acabaron batiéndose en un duelo singular. Tras un épico combate, Urkan logró vencer a su hermano, aunque eso sí con no demasiada ventaja, perdiendo incluso dos dedos.