Lanzas del Destino

Enigmáticos artefactos que se dice que trajeron los Dioses de la Guerra de su mundo, Cysneria.

Fueron entregadas a los emperadores para su custodia pero una vez desaparecieron los Falsos Dioses fueron olvidadas en las arcas del tesoro Imperial. No fue hasta el 369 d. S. que el emperador Kelgar, guiado por la visión de la mística Viora, decidió confiar las Lanzas del Destino a los Hijos de Isdaád para que las oculten en distintos lugares secretos del mundo.

Se rumorea que desde hace años los agentes del Imperio están intentando recuperar estos artefactos, aunque su ubicación exacta o su número siguen siendo un misterio.