Sárafan
Antaño, la mismísima Madre Naturaleza, hizo nacer de su seno a las personificaciones de los cuatro grandes elementos: fuego, agua, tierra y aire. Fueron creados por ella para defenderse de los estragos causados en el mundo por las constantes guerras. Atacaron a todos los bandos por igual, durante la Segunda Guerra contra los Canes del Caos, en lo que se denominó como la Furia de la Tierra. Cuando el conflicto terminó, la mayoría de los grandes elementales se desvanecieron, fragmentándose y dando lugar a otros más pequeños conocidos como sárafan.
Contenido
Rasgos físicos
Su aspecto depende del elemento al que pertenezcan así como de sus características personales. Por ejemplo, un sárafan de tierra tendría una piel rocosa y dura. Su vestimenta suele tener los colores y motivos más comunes a su elemento natural.
Localización
Pueden ser encontrados dispersos por toda Veneria, en conflujos del elemento al que son afines tales como ríos (agua), montañas (tierra), volcanes (fuego), huracanes (aire), etc. No es común que vivan agrupados y, aunque suelen ser bastante sedentarios y es raro encontrarlos fuera de su hábitat, no forman ningún tipo de asentamiento.
Moralidad
Su vida se basa, en gran parte, en una existencia afín a la Naturaleza, buscando siempre el equilibrio y la armonía con ella. En general, no atacarán a nadie a no ser que se sientan amenazados. Aunque, cada vez más, no es raro el hecho de encontrar sárafans que se dedican a agredir a todo el que se les acerque sin razón aparente alguna.
Creencias
Por encima de todo veneran y rinden culto a Vahna, la Madre Tierra, ya que son parte de ella.
Sociedad
Normalmente carecen de motivaciones políticas ya que son parte de un vínculo único con Vahna y sólo se interesan por ella. Se mantienen alejados de toda población, interés y conflicto que no sea propio o que les incumba de alguna manera. Respetan, con grata intensidad, la antigüedad y todo lo relacionado con ésta. Así, los sárafan más ancianos son los más venerados y admirados entre los suyos. Entre ellos destacan los ancestrales sárafan o elementales, seres titánicos que no sufrieron la fragmentación cuando la Furia de la Tierra se apaciguó.
Modo de vida
Los principales aspectos de su cultura son todo un misterio, excepto su devoción a Vahna.
Nacimiento
Surgieron de la fragmentación de los grandes elementales creados por la Madre Tierra y, ahora, sólo pueden ser originados a través de la segmentación de un sárafan antiguo o elemental que antaño no se dividió, lo cual es muy poco frecuente.
Lengua
Dominan la lengua común, así como el lenguaje de la naturaleza, denominado vaérico, que incluye a los animales y las bestias y que además utilizan para comunicarse entre sí. El idioma sárafan puede tener reglas especiales según la partida.
Alimentación
Se nutren al contacto de su elemento afín. Un sárafan de fuego puede alimentarse tocando una hoguera o uno de aire sumergiéndose en grandes corrientes de viento, niebla o tormentas eléctricas (pero nunca con el aire que lo rodea de la manera habitual), por poner sólo algunos ejemplos. La afinidad con la Naturaleza que tiene la raza sárafan hace que se puedan beneficiar de los elixires o de los cuidados de un galeno en el puesto de curación como el resto de razas pero también les hace vulnerables a los venenos. A efectos de juego, los sárafan no tienen ninguna regla especial en este sentido.
Descanso
Pueden dormir en cualquier sitio ya que cuando lo hacen se transmutan en el elemento al que pertenecen, permaneciendo en dicha forma y vulnerables como tal durante unas 6 u 8 horas y hasta que despierten, recuperando entonces su forma humanoide. Por ejemplo, un sárafan de fuego se transforma en una hoguera, uno de agua en un charco, uno de tierra en un montón de arena y uno de aire en un jirón de niebla.