Zanitta
El pueblo salvaje de los zanittas se asentó en las tierras que hoy se conocen por Formheil. Según narran experimentados historiadores, son los antepasados más directos del linaje formheliano. Sin duda, los zanittas en su sus comienzos fueron un pueblo salvaje que mostró claros signos de insurrección hacia el Imperio que regía en la época. En sus orígenes, los zanittas adoraban a una entidad bovina llamada Garúm y a la que atribuían el origen de las armas.
Algunas de las costumbres de los zanittas aún se mantienen a día de hoy en Formheil pero la gran mayoría se han perdido. Según se cuenta, los cimientos de la fortaleza de Óvora fueron construidos por los propios zanittas. Según dicen las leyendas, emparedaron a sus enemigos tras finalizar su construcción, lo que generó también muchos rumores sobre apariciones fantasmales o extraños ruidos que acosaban durante la noche a los habitantes del fortín.
La gran habilidad que a día de hoy poseen los lanceros del reino de Formheil es indudablemente una herencia del pueblo zanitta. Todo ello se conoce gracias a los grabados que se han encontrado de aquella época y en los que se asociaba la lanza a un signo de poder. Por desgracia, la escritura del pueblo zanitta no era demasiado avanzada por lo que a día de hoy se desconoce mucha información. Aun así, se han logrado descubrir algunos detalles importantes sobre su modo de vida tras interpretar los grabados y los cuentos que han pasado de padres a hijos, generación tras generación. Es posible que el más interesante de todos ellos sea uno que trata sobre su jerarquía: aunque los zanittas no tenían reyes como tal, seguían la figura de un caudillo al que le otorgaban el título de Maestro de la Lanza. Este título no era hereditario y sólo se podía lograr gracias a logros y hazañas bélicas o de combate. El Maestro de la Lanza tenía el derecho de asentarse en Heimheil, el Refugio de la Roca, nombre primitivo por el que se conocía a la región actual de Óvora. Uno de sus líderes más conocido fue Masghar ya que castigó a aquellos que conspiraban en las sombras contra él sirviéndoles a sus hijos cocidos en un banquete.